a nd there is none that calleth upon thy name, that stirreth up himself to take hold of thee; for thou hast hidden thy face from us, and hast caused us to melt away through our iniquities.
Y nadie hay que invoque tu nombre, ni que se despierte para tenerte, por lo cual escondiste de nosotros tu rostro, y nos dejaste marchitar en poder de nuestras iniquidades.
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