A nd behold, there was a wall all around the outside area of the house, and in the man’s hand a measuring reed six long cubits in length, each cubit being longer by a handbreadth; so he measured the thickness of the wall, one reed, and the height, one reed.
Y he aquí, un muro fuera de la Casa; y la caña de medir que aquel varón tenía en la mano, era de seis codos, de a codo y palmo; y midió la anchura del edificio de una caña, y la altura, de otra caña.
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