N ow the hand of the Lord had been upon me in the evening before this one who had escaped came, and He had opened my mouth coming to me in the morning, and my mouth was opened and I was no longer dumb.
La tarde antes de que el fugitivo llegara, el Señor había puesto su mano sobre mí y me había quitado el habla, pero al día siguiente vino a mí y me devolvió el habla, y ya no estuve mudo.
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