Q uanto ã tua terribilidade, enganou-te a arrogância do teu coração, ó tu que habitas nas cavernas dos penhascos, que ocupas as alturas dos outeiros; ainda que ponhas o teu ninho no alto como a águia, de lá te derrubarei, diz o Senhor.
En cuanto al terror que infundías, Te ha engañado la soberbia de tu corazón; Tú que vives en las hendiduras de las peñas, Que ocupas la cumbre del monte. Aunque hagas tu nido tan alto como el del águila, De allí te haré bajar,” declara el Señor.
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