N o quisieron oír, ni se acordaron de las maravillas que con ellos hiciste; antes endurecieron su cerviz y, en su rebelión, pensaron poner caudillo para volverse a su servidumbre. Pero tú eres Dios perdonador, clemente y piadoso, tardo para la ira y grande en misericordia, pues no los abandonaste.